Aforismos y proverbios

En el lenguaje verbal y escrito, dos de las figuras más utilizadas son los aforismos y proverbios, que hacen parte del concepto de paremia.

Una paremia es un enunciado breve, sentencioso e ingenioso que transmite un mensaje instructivo, incitando a la reflexión intelectual y moral. Los diversos tipos de paremias se agrupan en las paremias de uso popular y origen preferentemente anónimo (refranes, frases proverbiales, dialogismos y locuciones proverbiales) y las paremias de uso culto y origen conocido (aforismos y proverbios). Los refranes, a su vez, pueden clasificarse siguiendo un criterio temático: los refranes morales, los meteorológicos y del calendario, los supersticiosos, los geográficos, etc

Aforismo

Un aforismo es un género literario cuyas obras consisten en máximas, esto es, frases u oraciones breves, en las que se expresan ideas de manera concisa y categórica, ya sea una definición, una relación de cosas o una descripción particularmente elocuente. Se trata del género literario más breve que existe: los aforismos suelen constar de una o dos frases en las cuales se elabora algún conocimiento o alguna perspectiva profunda, verdadera o trascendente.

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La palabra “aforismo” proviene de la voz griega aphorismós, derivada del verbo aphorizein, o sea, “definir” o “separar”. Originalmente, se refería a las reglas escritas del sistema ético médico, obra del griego Hipócrates (460-370 a. C.), y el término luego fue utilizado para cualquier tipo de frase o sentencia cuyo autor fuera conocido y cuyo contenido fuera relevante. De hecho, en esto se diferencian de los refranes y los adagios, que suelen ser anónimos, ya que pertenecen a la sabiduría popular.

El aforismo ha sido cultivado desde tiempos antiguos, por pensadores, filósofos y escritores de diversa índole, y es un género que se mantiene vivo. Muchos autores, de hecho, se dedicaron a intentar definirlo, comprenderlo y formular las reglas del género. El escritor francés Maurice Blanchot (1907-2003), por ejemplo, lo definió como “Alianza de un lenguaje durable con una suma extrema de cosas oídas, vividas, poseídas instantáneamente”, mientras que para el escritor ucraniano Leonid S. Sukhorukov (1945-) consiste más bien en “una novela de una sola línea”.

Junto con los axiomas y las máximas, los aforismos pueden considerarse como un tipo de paremia, esto es, de enunciado breve y sentencioso que invita a la reflexión intelectual. Existen compilaciones de aforismos, de uno o de diversos autores, entre los que destacan Confucio, Platón, Friedrich Nietzsche, Simone Weil, Benjamin Franklin, Mark Twain, Émile Cioran, Fernando Pessoa, Oscar Wilde, Charles Baudelaire y Jorge Luis Borges, por citar solo algunos ejemplos. A quienes cultivan el aforismo se les conoce como aforistas.

Ejemplos de aforismos

  •  “Los hombres ilustres tienen toda la tierra por tumba” – Pericles (c. 495-429 a. C.), jurista y orador griego.
  • “Las leyes guardan silencio cuando suenan las armas” – Marco Tulio Cicerón (106-43 a. C.), filósofo y político romano.
  • “Lo necesario, aunque cueste apenas un céntimo, sale caro” – Séneca (4 a. C. -65 d. C.), filósofo y orador romano.
  • “Mientras los necios deciden, los inteligentes deliberan” – Plutarco (c. 46 – c. 120), historiador y filósofo griego.
  • “Los cántaros, cuanto más vacíos, más ruido hacen” – Alfonso X de Castilla (1221-1284), rey español apodado “el sabio”.
  • “Los caminos de la lealtad son siempre rectos” – Ramón Llull (c. 1232-1316), filósofo, místico y poeta español.
  • “Los hombres más eruditos no son precisamente los más sabios” – Geoffrey Chaucer (1343-1400), escritor y diplomático británico.
  • “Las personas que hacen poco ruido son peligrosas” – Jean de La Fontaine (1621-1695), fabulista francés.
  • “Los médicos dejan morir, los charlatanes matan” – Jean de la Bruyère (1645-1696), filósofo y escritor francés.
  • “En nuestros días, tres ocurrencias y una mentira hacen a un escritor” – Georg C. Lichtenberg (1742-1799), científico y escritor alemán.
  • “Donde está la infancia está la edad de oro” – Novalis (1772-1801), poeta alemán.
  • “La ventaja de la mala memoria es que se disfruta varias veces de las mismas cosas por primera vez” – Friedrich Nietzsche (1844-1900), filósofo alemán.
  • “Las mentiras más crueles son dichas en silencio” – Robert Louis Stevenson (1850-1894), novelista y enciclopedista británico.
  • “La verdad no está de parte de quien grite más” – Rabindranath Tagore (1861-1941), poeta y artista indio.
  • “El mundo perdona tus defectos, no tus virtudes” – Antonio Porchia (1885-1968), poeta italiano.
  • “El asombro vive de la casualidad. En la ley se asfixia” – Elías Canetti (1905-1994), escritor búlgaro.
  • “Mi máquina de escribir es mi psicoanalista” – Ernest Hemingway (1899-1961), novelista estadounidense.
  • “La duda es uno de los nombres de la inteligencia” – Jorge Luis Borges (1899-1986), escritor argentino.

Fuente: https://concepto.de/aforismo/#ixzz8VptEOHeI

Proverbio

Un proverbio es una frase breve e ilustrativa, es decir, un dicho, máxima, refrán, adagio o sentencia, desprovisto de autor y que, por lo tanto, pertenece a la sabiduría popular, transmitida oralmente de generación en generación. Se trata de un tipo de paremia, o sea, de frase breve, ingeniosa e instructiva, pero se distingue del aforismo, pues este último casi siempre tiene un autor explícito.

Los proverbios se dicen ante situaciones que invitan a la reflexión, ya que son una forma de resumir, en una sentencia a menudo figurada o metafórica, el aprendizaje o la conclusión que de dicha situación puede obtenerse. Por ejemplo, el proverbio “agua que no has de beber, déjala correr” evoca en una rima breve una suerte de moraleja: aquello que no queremos o que no nos hace falta, es mejor dejarlo para que otro lo aproveche.

Desde tiempos ancestrales, cada pueblo ha producido y acumulado numerosos proverbios, en los que expresa su sabiduría colectiva y su modo de ver la vida. Es por eso que se habla a menudo de proverbios chinos, españoles, italianos, etcétera, y que han existido numerosas compilaciones de proverbios a lo largo de la historia. Sin embargo, es muy común que un proverbio exista en distintas lenguas a la vez y en la cultura de pueblos lejanos geográficamente, o que exista pero con ligeras adaptaciones locales.

Algunas de las primeras recopilaciones de proverbios que se conocen son los proverbios bíblicos, reunidos en el llamado libro de los proverbios del Antiguo Testamento; o el Panchatantra, un conjunto de fábulas hindúes escritas en sánscrito entre los siglos III a. C. y III d. C.; o el Hávamál escandinavo, en el que se evocan poéticamente las reglas para vivir en armonía, entre muchos otras.

Ejemplos de proverbios

  • Donde manda capitán, no manda marinero.

Significa que cuando existe una autoridad o un liderazgo evidente, el rol de los subordinados o subalternos es obedecer, pues un barco no puede tener dos capitanes.

  • A palabras necias, oídos sordos.

Significa que lo mejor que se puede hacer frente a comentarios improductivos, desagradables o vanos de los demás, es no prestarles atención. Solo así se logra que no nos perjudiquen.

  • Dime con quién andas y te diré quién eres.

Significa que se nos juzga por las compañías que elegimos, ya que cada quien busca estar con quienes tiene algún tipo de afinidad. Así, quienes se juntan con personas deshonestas serán tenidos por tales, así no lo sean.

  • Una sola piedra no hace montaña.

Significa que para lograr algo grande hace falta el consenso de varios o la colaboración del colectivo.

  • Perro que ladra no muerde.

Significa que quienes hacen demasiadas advertencias o amenazas no suelen cumplirlas.

  • A caballo regalado no se le mira el colmillo.

Significa que no se debe ser quisquilloso con las cosas que se reciben como obsequio.

  • Rey caído, rey puesto.

Significa que los espacios rara vez quedan mucho tiempo vacíos: un noviazgo que se rompe pronto es reemplazado por otro; un cargo de un trabajador despedido pronto es ocupado por otro; etcétera.

  • Al mal tiempo, buena cara.

Significa que debemos conservar la calma y el buen semblante ante la adversidad, para no añadir a las dificultades que se sufran el mal humor y el pesimismo.

  • Quien lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho.

Significa que las personas abiertas al mundo y al estudio acumulan un bagaje de referentes y de experiencias que les permite lidiar mejor con situaciones futuras.

  • Zapatero, a tus zapatos.

Significa que la gente debe hablar u opinar de lo que sabe o de lo que es su competencia, para evitar incurrir en la ignorancia o cometer equivocaciones.

  • Quien a hierro mata, a hierro muere.

Significa que seremos juzgados con los mismos criterios con que juzgamos a otros. Es equivalente al proverbio bíblico que reza “con la vara que midas, serás medido”.

  • Árbol que nace torcido, nunca sus ramas endereza.

Significa que los hábitos y conductas muy repetidos por una persona son siempre los más difíciles de cambiar.

  • Que cada palo aguante su vela.

Significa que cada quien debe lidiar con sus propios problemas y hacerse cargo del propio destino, del mismo modo en que, en un barco, a cada mástil o palo le corresponde una vela.

  • No hay que pedirle peras al olmo.

Significa que no es conveniente esperar de alguien lo que no puede dar, o decepcionarse porque una persona carece de aquello que es imposible que tenga.

  • A quien nace con un martillo, del cielo le caen los clavos.

Significa que la vida tiende a ser más fácil para las personas que nacen privilegiadas.

  • No por mucho madrugar amanece más temprano.

Significa que hay cosas en la vida que no se pueden controlar ni apresurar, sin importar lo que hagamos o las precauciones que tomemos.

  • Del agua mansa líbrame, Dios, que la brava me salvo yo.

Significa que de los peligros ocultos o los riesgos disimulados es más difícil cuidarse, mientras que a los evidentes y frontales es más fácil preverlos.

  • De tal palo, tal astilla.

Significa que las personas suelen parecerse a sus padres o suelen replicar conductas aprendidas en su hogar o su lugar de formación.

  • Quien a buen árbol se arrima, buena sombra lo acobija.

Significa que quienes saben elegir mejor, reciben mejores resultados.

  • Una cosa piensa el burro, y otra quien arriba lo arrea.

Significa que las cosas no siempre salen como se piensan, o que la gente no siempre entiende lo mismo que piensan los demás.

  • Quien espera desespera.

Significa que a quienes les toca tener paciencia y aguardar normalmente les corresponde la experiencia más desagradable.
Fuente: https://concepto.de/proverbio/#ixzz8Vpu0pWoK

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